Llegó casualmente a mi FENCES*, película dirigida y protagonizada por Denzel Washington en la que se tratan varios temas interesantes como el racismo de los años 50’ y lo que ello genera en la comunidad afroamericana; la frustración acumulada del protagonista y su particular manera de ver la vida desde ese dolor (y también color); los deseos de un hijo por seguir, y quizá reivindicar, los sueños de su padre; la infidelidad; el rol de la mujer; etc.
Decidí quedarme con una escena** en la que el padre “expone” a su hijo, el trabajo que tiene, el tener que cuidar a su familia, el deber de cuidar de él, y todo ello, bajo la premisa de que él, como padre, tiene una RESPONSABILIDAD.
Suele ser común escuchar utilizar estas palabras como sinónimo, una de otra, y, la verdad es que no lo son.
Hablar de “trabajo” parece que ya de por sí, esta palabra tiene una connotación negativa, un peso pesado que sostener, que llevar… como dice la canción “es una lata, el trabajar…” Parece que para que realmente sea trabajo, debe ser duro, difícil y hasta desagradable. ¿Realmente es así? ¿Es como tiene que ser? Dejo este punto a modo de reflexión. Será materia de otro post.
Nos vamos al “deber” y al “tener”. Estas dos, aunque con distinto matiz, conllevan en sí una OBLIGACIÓN, una acción que deviene en un acto ordenado, sin opciones, sin alternativas, es lo que es y no hay más. Podría decirse que hay alguien/algo que la ordena y el “obligado” debe cumplir si o sí.
Es inevitable que al escuchar la palabra OBLIGACIÓN, la sensación de malestar, de pesadumbre y quizá hasta de agobio, se apodere de uno. El cuerpo reacciona de forma inmediata, instintiva. Aparece la rigidez, contracción en el cuello, en los hombros. ¿Lo notas? Podemos, entonces, ser conscientes de que, de pronto, cargamos una mochila muy pesada, una Obligación.
Distinto es, cuando hablamos de RESPONSABILIDAD, que podría asociarse mas bien a la autoridad, como autor de sus actos, propietario de ellos, escogidos libremente. Donde cada quien actúa bajo su propia consciencia, pudiendo elegir, adaptar, cambiar, modificar.
Si conseguimos distinguir estos conceptos, y no sobrepasar la fina línea que los diferencia, la RESPONSABILIDAD nos da mayor margen de maniobra. Nos permite encontrar cierta flexibilidad en nuestros actos, buscar opciones, alternativas, respuestas varias. Es uno mismo el protagonista de la situación y como tal, tiene la posibilidad de explorar y encontrar la respuesta que requiere. No hay imposición, hay elección. Aparece, entonces, el “QUIERO” como base de la acción, dándole matices de libertad, tranquilidad, seguridad y hasta entusiasmo en su realización.
Nuevamente, si nos vamos al cuerpo, al hablar de RESPONSABILIDAD, puedes notar cierta hidalguía, pues eres el protagonista. Hay apertura y hasta cierto grado de satisfacción. ¿Lo percibes?
Pasar a uno u otro lado muchas veces, quizá la mayoría, solo depende de uno mismo y de la actitud con la que se afronte las diferentes situaciones que se presenten.
Finalmente, creo necesario dar lugar al concepto de COMPROMISO, que no es mas que una Responsabilidad que adquiere carácter de Obligación. No se trata del salto entre uno u otro lado, sino la suma de ambos.
Tu ¿dónde te encuentras?
Recuerda, estas a tiempo.
Disfruta de la Vida.
Permítete Ser Feliz.
* Fences – 2016 – Director: Denzel Washington Protagonistas: DWashington, Viola Davis, etc
#PermíteteSerFeliz
Septiembre de 2022