Hay tanto que decir de vosotros…
El primer momento en que os vi me trajo desconcierto… estaba en una sesión con una mujer que, dada mi habilidad para generar expectativas, me la había imaginado distinta… la vi mucho mas joven y en un entorno distendido, quitándole así toda la formalidad con la que yo venía cargada y acostumbrada (abogada peruana, es lo que tiene)… Después de unas breves presentaciones aparecisteis sobre la mesa…
Vaya sorpresa!!!
Veros coloridos, de tantas formas y tan distintos unos de otros fue la mejor manera de invitarme al “dejarme llevar”… era como volver a la niñez (aunque yo no os conociera de antes)…
Pero de pronto, vino la primera pregunta… ¿cómo están? (o es lo primero que recuerdo)…
Que ¿cómo están? Si son MUÑECOS!!!, pensé… muñecos de plástico, pintados y vestidos con trajes y accesorios… objetos al fin y al cabo… Y entonces, ¿cómo responder a esa pregunta?
Decidí ser lo más honesta posible (aunque por entonces mis ganas de agradar a los demás era muy importante para mí, y claro, querer tener la respuesta adecuada y esperada era lo que normalmente buscaba)… Mmm están de pie ¿? con una sonrisa dibujada, etc, etc, etc… contesté.
Intenté describir lo que mis ojos veían de la forma mas objetiva posible… total, estoy en una sesión, en mi sesión, ¿qué puede esperar que le diga?… y después de seguir observándoos y por supuesto dejándome llevar por lo que María, mi terapeuta, me decía, un pequeño movimiento me hizo ver lo inimaginable… y os lo digo con toda sinceridad, porque aun a día de hoy ello me sigue sorprendiendo y sacándome sonrisas plenas… cambiasteis… si, cambiasteis, allí, ante mis ojos… pero ¿cómo puede ser posible??? Recuerdo especialmente el enfado de dos, entendiendo sobretodo el porque del enfado…
Sin embargo, lo realmente grandioso fue que me ayudasteis a entender lo que pasaba en mi… lo que llevaba dentro y no era capaz de ver hasta que aquello pudo salir a través vuestro, por supuesto, de la mano guía de María… a quien estaré eternamente agradecida (entre otras muchas cosas mas, querida Maestra), por aquél primer acercamiento a vosotras, mis ahora herramientas favoritas.
Trabajar con vosotros permite poner en un plano exterior lo que llevamos dentro, lo que nuestro yo interior, lo que nuestra esencia clama y que por alguna razón (en realidad varias) dejamos de oír, dejamos de prestar atención, quizá para “encajar mejor”, según nos dicen los preceptos familiares, sociales, culturales, religiosos y quien sabe cuantos mas… sin olvidar las cargas sistémicas…
…
Poner atención a nuestro yo interior, esencial, es lo que necesitamos para encontrar esa tranquilidad que buscamos y que tan incómodos nos tiene cuando ello no es así, y los Muñecos son una magnifica herramienta para mostrártelo… pruebas?