Hace mucho, mucho, mucho tiempo, en un bosque muy, muy lejano, al caer la noche, se daba una incansable y repetitiva persecución, que parecía parte de un misterioso y macabro ritual.
En cuanto se ponía el sol y la oscuridad empezaba a cubrir cada rincón de este lejano bosque, siempre, siempre, siempre, una pequeña luciérnaga era perseguida por una serpiente.
La luciérnaga volaba muy, muy deprisa y se pasaba tooooda la noche huyendo de aquella serpiente que no dejaba de perseguirla para poder comérsela.
Y así, noche tras noche, la pobre luciérnaga, conseguía escapar de su perseguidora, aunque acababa exhausta, agotada.
La serpiente jamás dejaba de perseguirla.
Una noche, después de tantas, en la que la pobre luciérnaga no podía mas, se paró en un árbol, le plantó cara, y le dijo a la serpiente:
- Esto que haces cada noche me está agotando. Necesito saber porque, noche tras noche, me persigues sin cesar.
- ¿Es que acaso yo formo parte de tu cadena alimenticia? – preguntó.
La serpiente le respondió:
- No
La luciérnaga continuó:
- ¿Será entonces que yo te he hecho algún daño?
La serpiente volvió a contestar:
- No
Entonces, la luciérnaga extrañada y consternada por la respuesta de la serpiente le dijo:
- ¿Por qué, entonces, cada noche me persigue incansablemente para comerme?
La serpiente la miró muy fijamente a los ojos y le dijo:
- Te persigo porque BRILLAS y tu luz me ofende.
El ser humano es un ser gregario por naturaleza, y su afán por pertenecer, puede llevarlo a modificar su propia luz – aquella que ilumina, que caliente, que guía – llegándola, incluso, a apagar, para encajar, para ser igual, para no “molestar”.
Sobre los demás:
Quizá el problema no está en que tu luz moleste.
Quizá el problema es no encontrarla en uno mismo, y ello duela.
Quizá el problema es de no ser capaces de reconocer nuestra verdadera necesidad.
Sobre uno mismo:
Quizá el problema no sea que mi luz moleste.
Quizá el problema sea estar en el lugar equivocado, con la compañía equivocada.
No dejes que apaguen tu luz. Brilla, brilla intensamente…
Quizá la serpiente pueda apreciar con tu luz, su propia belleza.
Déjate sorprender
Acompañémonos
¡¡¡Permítete Ser Feliz !!!
* Autor desconocido
#PermíteteSerFeliz
Febrero 2023