¿Cuán consciente somos de nuestra Libertad… sobre todo aquellos que tenemos realmente la suerte de tenerla?
Y dentro de los que nos decimos tenerla, ¿cuántos realmente nos la permitimos? ¿la disfrutamos?
Hoy salí a caminar, en un día en el que el otoño parece, por fin, haber llegado; día gris y de mucho viento. Y con todo ello hermoso, esplendoroso… o quizá es que hoy me siento así.
De pronto empezó a sonar una canción* que inmediatamente me transporta a mi época universitaria, hace unos años atrás… de fiesta, con amigos, compañeros… buenas épocas.
Y aunque esta canción siempre me gustó, la bailé y canté sin parar, de pronto HOY hizo un click en mi interior… así que empecé a prestarle especialmente atención.
No es que la canción diga mucho… en realidad es casi un estribillo repetido constantemente:
Soy Libre
Para hacer lo que quiera, cuando quiera
Para ser quien elija ser
No temas a tu LIBERTAD
De pronto me sentí invadida por esa sensación de libertad y poco a poco me dejé llevar por el ritmo de la música… mis pies empezaron a moverse, mis brazos… toda yo.
Que delicia… Que sensación de Libertad… el cuerpo necesita movimiento… el cuerpo ES movimiento.
De pronto quise grabarme para subir el video y compartirlo… quizá porque me gusta pensar que el contenido de mis RRSS puede que le llegue a alguien y le aporte algo positivo, le robe una sonrisa, le anime el día, el momento, simplemente me acompañe a disfrutarlo, etc
Fue ese el momento en el que me di cuenta que mi libertad no era completa…
Y no… no había nada ni nadie que la condicionara, que la impidiera, que la limitara… solo estaba mi compañerito de cuatro patas 🐶, que está mas que acostumbrado a verme haciendo locuras 😝, y yo.
Y ¿entonces?
Y, entonces, me di cuenta de los auto-condicionamientos, juicios, prejuicios con los que aun cargo.
Solo estábamos mi absoluta Libertad y yo, disfrutando cual niñas en el parque (nunca antes mejor y literalmente dicho). No hacía nada malo, tan solo disfrutar 🥳.
Y todo bien, hasta que la sensata adulta aparecía, con sus reglas, juicios, mandatos y su mirada sentenciadora, para aguarnos la fiesta y volvernos a la cordura social.
No había nadie a nuestro alrededor, o al menos que yo lo viera, pero ni falta que hacía… la posibilidad de que alguien me viese, me frenaba.
¿Cuántas veces esta escena se habrá repetido en mi vida? ¿En cuántos momentos, que suelen pasar desapercibidos, porque están tan integrados que ni nos damos cuenta, nos habremos frenado, nos habremos reprimido, nos habremos callado?
¿Te suena?
Sin embargo, esta vez fue diferente. Quizá por todo lo que vengo trabajando-me; quizá porque intento estar cada vez mas PRESENTE, en cada momento; quizá porque el lugar y la música me ayudaron… no lo sé.
Esta vez, fui capaz de verlo, de sentirlo en tiempo real (y no minutos, horas, días después, que dan, a su vez, lugar a los auto-reproches: tendría que; hubiera, etc). Esta vez, fui totalmente consciente de lo que me pasaba, de lo que sentía.
Y justamente, gracias al estar PRESENTE, al permitirme verlo, vivirlo y experimentarlo, sin huir de ello, pude tomar las riendas del momento, y tomar decisiones acordes con lo que realmente quería hacer… así que… tomé la decisión de “desafiarme” de “darme permiso” ¿a qué?… quizá simplemente a dejarme ver, a abrazar el sentido del ridículo, y seguir bailando y grabarme 😱
No llevaba la ropa perfecta, ni los pelos acomodados (con tanto viento era casi imposible) ni los arreglos propios que suelo considerar para estas ocasiones (fina cortesía de mi amiga vanidad 🤪)… Y con todo ello, decidí sobreponerme a la “normada y sensata adulta” y darle rienda suelta a mi sentir, a seguir bailando y además grabarme tal como estaba 🤭.
Confieso que fue mas corto de lo que mi Ser me pedía, y no me desmelené todo lo que podría, pero me ha dejado un sabor de boca tan dulce que no hay quien me quite, al menos hoy, la sonrisa, y, de vez en cuando, alguna que otra risilla complice conmigo misma.
Lo hice, y ello sienta de maravilla 🤩
Sentada ahora escribiendo y repasando ese momento, percibo como en nuestro día a día, vamos auto-reprimiéndonos solo por “el que dirán”, y mas que el de los otros, por “el que dirán” de uno@ mism@, el mas severo y sentenciador, por mantener los estándares sociales, culturales, etc.
Y si todo ello lo hiciéramos (o mejor dicho, lo dejáramos de hacer) sin mas, pues, quizá, ni tan mal, ¿verdad?. Pero no es así.
Todo lo que reprimimos nos daña, tanto, tanto, tanto, que termina enfermando nuestro cuerpo.
No sigo mas… tan solo te invito a terminar de leer/oir este post y te preguntes:
¿QUE TAN LIBRE ERES?
¿QUE TAN LIBRE TE PERMITES SER?
Darnos cuenta de en donde estamos es el inicio… lo demás es parte del Camino.
¿Te acompaño?
¡¡¡Permítete Ser Feliz !!!
*I’m Free, Soup Dragon
https://open.spotify.com/playlist/2WRiojfESQXnVVDpcdwnvg
#PermíteteSerFeliz
Octubre 2022